miércoles, 8 de marzo de 2017

Día Internacional de la Mujer


El 8 de marzo más que un día para felicitar, sirve para recordar lo mucho que ha cambiado el mundo para las mujeres de hoy. Son múltiples las luchas que asumieron para ganarse su lugar en la sociedad. Logros como el voto, una mejor remuneración laboral, el derecho a la educación y muchos más, fueron conseguidos con años de protestas y exigencias para una mejor calidad de vida. Pero aun así, todavía tenemos que luchar por la igualdad e incluso por nuestras vidas.

En mayo se cumplirán 5 años de la muerte de Rosa Elvira Cely y su escalofriante caso sigue siendo motivo de duelo nacional. A mediados de mayo de 2016, la Secretaria de Gobierno de Bogotá culpó a la propia Rosa Elvira de su propia violación. La indignación fue general y las críticas no se hicieron esperar, por eso el Distrito no tardó en retirar el polémico concepto.

Es increíble, pero casi que se puede decir que cada país en el mundo tiene un caso como el de Rosa Elvira Cely, que les indigna y apena por siempre. Debería parecer una exageración, pero esa es la triste realidad de las mujeres en el mundo. En Brasil, por ejemplo, en mayo de 2016 una niña de 16 años fue violada por 33 hombres en Río de Janeiro. Hoy la víctima puede ser una, mañana otra con diferente nacionalidad o religión, pero lo cierto es que 1 de cada 3 mujeres sufre violencia física o sexual, principalmente a manos de un compañero sentimental según la OMS.




La historia dicta que a veces se necesitan casos así de aberrantes para cambiar el curso actual y asegurarse de que no se repitan más. Pero con la violencia de género, no sé sabe hasta cuándo, ni cuantas victimas más arrastrará. Nos seguimos preguntando, ¿Qué más necesitamos para erradicar el machismo de nuestras vidas? ¿Acaso se necesitan más víctimas como Rosa Elvira o la adolescente en Brasil para que como sociedad nos miremos al espejo y reconozcamos colectivamente lo mal que estamos? Es suficiente. Es momento de un cambio profundo en nuestro sistema, nos lo debemos hace demasiado tiempo.

Desde l975, la ONU estableció que el 8 de marzo sería el día en el que unimos fuerzas para apoyar la lucha por los derechos de las mujeres, pero también para enaltecer sus grandes triunfos y su valentía y coraje; sin embargo, más que celebración debe significar un compromiso, para reducir la violencia de género, acompañar las protestas por desigualdad económica, para que no se presenten más casos como los de Jazmín Álvarez, o Rosa Elvira Cely y Yuliana Samboní, que en paz descansen. También para apoyar el feminismo junto a la creciente participación política de mujeres y la defensa contra el acoso callejero. Por eso y mucho más, felicitemos a las mujeres por lo que se ha conseguido, y acompáñennos en nuestras luchas diarias para que cada próximo 8 de marzo sea menos lo que necesitemos exigir y más lo que debamos celebrar.





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