Este 7 de septiembre se encendió el fuego
paraolímpico en el mítico Maracaná, es sólo el primer día y ya brindó alegría,
lágrimas y hasta protestas. Río 2016 será la edición #15 de los Paralímpicos
donde 22 deportes tendrán acción hasta el 18 de septiembre y promete de más,
por tener el número más alto de deportistas en participación y ser los primeros
en suelo sudamericano.
Con el Maracaná lleno se anunció que “la fiesta
apenas va a comenzar”. A eso de las 5 de la tarde hora local, aún había fila
para comprar ingresos, mientras en la entrada el ambiente ya estaba formado. A
diferencia de la clausura, esta vez las familias brasileñas se hicieron
presente, tanto así que las filas para crispetas (pipocas en Brasil) era más
grande que la de cervezas. Era la oportunidad perfecta para compartir un bonito
recuerdo con los niños pequeños, especialmente porque esta vez los precios eran
mucho mas accesibles. En Olímpicos la inauguración a ultima hora era casi
imposible conseguirla y si contabas con suerte, el precio mínimo eran 1500
reales (casi un millón quinientos mil pesos colombianos). Tal vez por eso los
brasileños creían que la clausura sería así de difícil de comprar, pero la
verdad es que quedaron boletas por vender y se podían conseguir hasta por 100
reales. En Paralímpicos decidieron llenar el Maracaná. Las entradas más baratas
se vendían a 50 reales (sí, menos de 50 mil pesos colombianos…) gracias a la
opción de mitad de precio para estudiantes, profesores o mayores de 60 anos,
que muchos aprovecharon.
Mientras los espectadores subían para ubicarse
en sus puestos, los atletas paralímpicos eran recibidos en las puertas del
estadio con samba y bailarines, algunos de ellos discapacitados. Todo era parte
de la organización, que reunió a las delegaciones como preámbulo para el
espectáculo mayor que tuvo a cada delegación desfilando por el estadio con un
juego de luces que decoraba las gradas con los colores de cada bandera. Alegría
por donde se le mire.
Lo que algunos no sabían era que el actual
presidente de Brasil, Michel Temer, estaría en la ceremonia, por lo que en
cuanto fue anunciado por Phillip Craven, presidente del Comité Paralímpico
Internacional, el abucheo fue inmediato. No pudo decir más que lo necesario
para declarar abiertos los Juegos Paralimpicos, y hasta la televisión brasileña
intentó esquivar el vergonzoso momento cuando miles en el estadio gritaban “Fora
Temer!” y otros miles más intentaban apaciguar a los protestantes. No pudieron
callar las miles de voces que se pronunciaron a propósito de la crisis que vive
el país, a pesar de que para muchos el escenario no era el ideal. Aún así,
hasta en las caras de los que estaban cerca de Temer se notó que fue el momento
más serio pero gracioso de la ceremonia. Cuando Carlos Arthur Nuzman, presidente
del Comité Olimpico Brasilero, dio su discurso también recibió abucheos pero
por agradecer el apoyo de los gobiernos federales, estaduales y municipales
para la realización de los Juegos. A la gente tampoco le gustó y por más de un
minuto Nuzman tuvo que esperar pareciendo una reina de belleza cuando escucha
la pregunta y analiza con cara de nervios lo que va a decir, a que acabara el
griterío que contó con varios “Fora Temer” y “Brasil, Brasil”.
Lo que a todos los espectadores les encantó fue
el vaso de recuerdo que entregaba Coca Cola por la compra de una botella de 600
ml, sobre todo teniendo en cuenta que la mayoría no pudo estar en las dos
ceremonias anteriores, donde también hubo de esas “lembrancas”. Tanto gustó que
en los pasillos la gente compraba de a 3 y terminaba acogiendo más los vasos
para dejar a un lado las bebidas. Se trata de vender más que agradar…
La ceremonia fue larga pero llena de momentos
emotivos. El espectador fue paciente para esperar los nostálgicos y conmoverse,
como cuando un grupo de niños con discapacidad salieron con la bandera
paralímpica acompañados de sus padres que parecían canguros llevándolos
mientras saludaban al público.
Lo impensable también se vio como el bellísimo
show de Amy Purdy, atleta paralímpica para Estados Unidos en Sochi 2014 que
bailó junto a un robot y vislumbró a todos, incluida la máquina que terminó
haciéndole reverencias.
También pasó con los inesperados como cuando la
ex atleta paralímpica Márcia Malsar hizo que todos contuvieran la respiración
por unos segundos cuando cayó mientras llevaba la antorcha paralímpica. Malsar
tenía mucha dificultad para caminar, y la lluvia tampoco ayudaba su andar, pero
cuando perdió el equilibrio por el peso de la antorcha, todo el estadio se
levantó conmovido para hacerle sentir que su tarea no había culminado. Por eso
se levantó con más fuerza y emoción y terminó entregando la antorcha con el
aplauso y las lágrimas de miles en el Maracaná. Fueron 4 ex atletas los
encargados de hacer el último recorrido hasta el pebetero que finalmente fue
encendido con éxito por el nadador Clodoaldo
Silva, también multiple ganador para Brasil. La lluvia hizo más espectacular el
momento, que fue acompañado con fuegos artificiales y la mirada atenta de las
delegaciones a un costado del escenario y finalmente se dio la bienvenida a la
inspiración. Esta es una fiesta diferente, una que invita a todos a sentir un mismo
corazón y lo mejor es que es tan barato que no se necesite ser turista para
disfrutarlo.
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